[IF]
If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you,
If you can trust yourself when all men doubt you
But make allowance for their doubting too,
If you can wait and not be tired by waiting,
Or being lied about, don't deal in lies,
Or being hated, don't give way to hating,
And yet don't look too good, nor talk too wise:
If you can dream--and not make dreams your master,
If you can think--and not make thoughts your aim;
If you can meet with Triumph and Disaster
And treat those two impostors just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to, broken,
And stoop and build 'em up with worn-out tools:
If you can make one heap of all your winnings
And risk it all on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breath a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: "Hold
on!"
If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with kings--nor lose the common touch,
If neither foes nor loving friends can hurt you;
If all men count with you, but none too much,
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run,
Yours is the Earth and everything that's in it,
And--which is more--you'll be a Man, my son!
Rudyard
Kipling
Rudyard Kipling (Escritor inglés)
Nació el 30 de diciembre de 1865 en Bombay (India). Cuando tan sólo
tenía 6 años, fue enviado a estudiar a Inglaterra. Permaneció cinco
años en un hogar social de Southsea, experiencia que describe en su
relato 'La oveja negra'. En el año 1882 regresó a la India, momento
en que comenzó a trabajar para la Civil and Military Gazette de Lahore
hasta 1889, en calidad de editor y escritor de relatos. Algún tiempo
después publicó Cancioncillas del departamento (1886), una serie de
versos satíricos sobre la vida civil y militar en los cuarteles de la
India colonial, además de una colección de sus relatos escritos para
la prensa recopilados en Cuentos de las colinas (1887). Su fama literaria
se la debe a seis historias sobre la vida de los ingleses en la India,
publicadas entre 1888 y 1889. Entre sus novelas o relatos largos más
populares figuran La luz que se apaga (1891), El Libro de la Selva (1894),
El Segundo Libro de la Selva (1895), Capitanes intrépidos (1897), Stalky
& Cía. (1899), basada en sus experiencias infantiles en el United
Services College, y Kim de la India (1901), un relato picaresco de la
vida en la India. Lo más destacable de su poesía es quizá Baladas del
cuartel (1892) y Las cinco naciones (1903). Viajó por Asia y Estados
Unidos, donde se casó en 1892 con Caroline Balestier y vivió durante
un breve periodo en Vermont. En 1903, se estableció en Inglaterra. En
1907 le concedieron el Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose en
el primer autor inglés merecedor de este galardón. Fue iniciado en masonería
a los veinte años en Lahore, dedicó su vida y sus escritos a profundizar
en la condición de Hombre, y su devenir existencial. Falleció el 18
de enero de 1936 en Londres.
IF
Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan,
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.
Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera ;
si engañado, no engañas, si no buscas más odio,
que el odio que te tengan...
Si eres bueno, y no finges ser mejor de lo que eres ;
si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.
Si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo ;
si piensas y rechazas lo que piensas en vano.
Si tropiezas el Triunfo, si llega tu Derrota,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del Orbe encanallado.
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.
Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría
tus ganancias de siempre a la suerte de un día ;
y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.
Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,
aun después de su fuga de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada
porque tú lo deseas y lo quieres y mandas.
Si hablas con el pueblo, y guardas tu virtud,
Si marchas junto a Reyes con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera, llega a hacerte la herida.
Si todos te reclaman y ni uno te precisa
Si llenas el minuto inolvidable y cierto,
de sesenta segundos que te lleven al cielo...
Todo lo de esta tierra será de tu dominio,
y mucho más aún : serás Hombre, ¡hijo mío !
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